Era un tribunal de justicia llamado " tribunal del santo oficio", compuesto por obispos ancianos, encargados de juzgar y condenar a los herejes (aquel que predica una idea distinta a la de Dios).
Ademas, la inquisición prohibió libros que los consideraban herejes. Los libros que eran encontrados eran quemados, también quemaban a los poseedores de los libros y a los que los conseguían.
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